Ni la lluvia ni el tiempo desapacible impidieron que se celebrara
la infancia Misionera con los niños y niñas de la Archidiócesis en el colegio
polideportivo Claret. Más de medio millar de chavales se pusieron en marcha con
Jesús a Egipto. Junto al lema ocupó la centralidad este año la cruz de
Lampedusa del Papa Francisco (realizada con restos de pateras naufragadas en el
Mediterráneo y que estos días se encuentra en Sevilla) presidiendo toda la
ceremonia.
Con respeto y devoción jóvenes y adultos se abrazaban a la
cruz que iba acompañada por dos migrantes de Camerún y de Costa de Marfil que
sufrieron en sus propias carnes el drama tremendo de la migración.
La banda sonora de la misión hizo posible un silencio
conmovedor en el inicio de la procesión con la que dio comienzo la oración misionera,
animada como otros años por el profesor claretiano Luis Alfonso acompañado
por el padre José Luis . La oración dio comienzo con un saludo y agradecimiento
del padre Clemens (Delegado Diocesano de Misiones) quien transmitió a todos los
presentes la alegría y un saludo de parte del señor Arzobispo.
La hermana Cristina (misionera Teatina) leyó el pasaje evangélico
de la huida a Egipto, continuando con los testimonios de Amelia (misionera en África),
Rocky( misionero Claretiano) y los migrantes Jean Baptiste y Raul e impactaba
para admiración de todos el silencio de pequeños y grandes sorprendidos al sentir a Jesús como migrante también y tras la
breve explicación que dio sobre el significado de la cruz el padre Salvador Diánez,
Delegado Diocesano de Migraciones, irrumpieron con un fuerte aplauso a los niños y niñas que viven
en tierras de misión y a los que desde aquí hacen posible que tengan cubiertas
sus necesidades.
Con los juegos quedaron agotados, siempre acompañados de los
monitores y monitoras. Durante toda la mañana los que representaban a San José
y a la virgen María en su huida a Egipto iban visitando todos los grupos de
trabajos, siempre presente el burrito elaborado con material reciclable por
alumnos y catequistas de Valencina de la Concepción. Hay que destacar como anécdota
pero también como ardor misionero que el niño Jesús (de Sevilla este) tuvo que
marchar antes de terminar con 40 de fiebre pero hasta última hora estuvo al pie
del cañón con menos de 4 años.
Tras el paréntesis del almuerzo, el jolgorio se hizo presente con una
deportividad que entusiasmaba, con la
rifa de las camisetas del Sevilla F.C y del Real Betis Balompié firmadas por
los jugadores de los equipos, así como distintos obsequios de la Delegación de
Misiones.
A la salida se repartió unos bastones de golosinas emulando al que utilizó San José para llegar a Egipto.
Finalizó el encuentro con una plegaria a la virgen reina de
las misiones y en los rostros de los niños y niñas se podía palpar la alegría misionera .
Juan Antonio Martin responsable de medios de las Omp y de la Delegación Diocesana de Misiones