La Semana Santa está ya a las puertas y que mejor manera de pasarla que ir de misiones, ¿Como la podemos realizar?, ahí lleva algunas sugerencias:
Haz apostolado, sal de ti mismo y entrégate a los demás; encontrarás así aquello que te falta, te encontrarás con ese Cristo que tal vez aún no conoces, te encontrarás contigo mismo. Dale la oportunidad a Dios de entrar en tu vida, en tu hogar, en tu mundo… Tú tienes eso que ellos buscan y tú buscas eso que ellos tienen. Preocúpate de Cristo y de su Reino y Él se ocupará de tus cosas. Y Él tiene la solución a todos tus problemas e interrogantes, la respuesta seguramente la encontrarás en las misiones. Este Reino no es para nosotros un motivo de gloria, sino un deber que nos incumbe, que nos urge, ya, ahora: «¡ay de mí si no predico el Evangelio!» (cf. 1Cor 9,16).
Mira a Cristo en la Cruz, y si crees que Él te lo está pidiendo, reserva en tu agenda, estos días, tu tiempo de descanso en la cruz de Cristo. «Tengo sed, sed de almas, ayúdame a saciar esta sed…». Si hoy escuchas este ruego de Cristo, no endurezcas tu corazón, vete de misiones esta Semana Santa. Vete a servir a tus hermanos, vete a servir a la Iglesia. Dale ese pequeño gusto a Dios que lo ha dado todo por ti; date a ti mismo, a tu familia y amigos este gran regalo, esta oportunidad irrepetible. Y si te cuesta mucho, si tienes que renunciar a otras cosas, te felicito, porque así puedes ofrecerle a Dios algo que de verdad valga la pena. Te puedo asegurar que Dios no dejará de premiar con creces tu generosidad.