Qué difícil es felicitar a un misionero en un tiempo concreto cuando estáis en perpetua Navidad siempre viviendo a tope el misterio de la Encarnación.
Cuando aquí los neones y villancicos nos recuerdan la fecha indicada volamos junto a vosotros con la oración en los labios y el sentimiento en el corazón.
Deseando os sintáis mas fortalecidos en cada instante y mas alegres que nunca al anunciar de nuevo lo mismo que los ángeles en esas cuevas cálidas y destartaladas, como la de Jesús, en la que tantas veces tenéis que morar como peregrinos para desgastar suelas y sandalias en la construcción del Reino.
La Delegación entera os tiene muy presentes y aquí, junto a la Giralda, miraremos al cielo en una acción de gracias prolongada y convertida en oración para que ahí podáis seguir pisando firmemente la tierra bendecida con vuestros pasos.
Un abrazo
Eduardo M. Clemens
Delegado Diocesano de Misiones
Director Diocesano de las O.M.P.