Es una institución de la Iglesia católica para ayudar a las Iglesias más jóvenes en la formación y acompañamiento de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.
La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol sostiene a las vocaciones que Dios suscita en las misiones. En los territorios de misión son muchas las vocaciones, pero escasos los recursos para su formación.
Nació en 1889, cuando Estefanía y Juana Bigard (madre e hija) leyeron una carta del obispo francés de Nagasaki, que los cristianos japoneses, por temor a la persecución, tenían miedo de acercarse a los misioneros extranjeros, lo que no ocurriría si los sacerdotes fueran naturales de su mismo país. Las dos laicas francesas comienzan una gran actividad para implicar a la Iglesia en el sostenimiento de las vocaciones en los Territorios de Misión. El Papa Pío XI asumió esta iniciativa privada como suya y de toda la Iglesia, y en 1922 le dio el carácter de “pontificia”.
La Obra de San Pedro Apóstol organiza la Jornada de Vocaciones Nativas para poder sensibilizar y conseguir apoyos para estas vocaciones, que nacen en los Territorios de Misión fruto de la Palabra sembrada por los misioneros y que son el futuro de la Iglesia. Este año se celebrará el próximo 17 de abril.
CUATRO INICIATIVAS MISIONERAS, UNA INSTITUCIÓN

1.- Propagación de la Fe
Sostiene al funcionamiento ordinario de las diócesis, y a sus necesidades extraordinarias
2.- Infancia Misionera
Implica a los niños del mundo en la ayuda de la infancia de las Iglesias jóvenes
3.- San Pedro Apóstol Pontificia
Apoya a las vocaciones que surgen en los Territorios de Misión
4.- Unión Misional
Fomenta la formación misionera en toda la Iglesia, y vela para que las otras obras funcionan