El mundo se ha vuelto loco
y loco me he vuelto yo
porque yo con mi locura
me quedo pasivo y sin voz.
¿Hasta cuándo este hombre loco
estará loco y sin voz?
Perdónanos, Tú, Señor.
Sácanos de esta locura
que nos deja a oscura
y por esto no Te vemos a Tí.
Queridos Herman@s:
Así como os comunicamos continuamente las buenas noticias y el quehacer permanente de nuestros misioneros y misioneras, esta semana la hemos comenzado con mucho dolor por el mensaje y dura imagen que nos envía un hermano comboniano. No podemos silenciarlo, y nos queda rezar y mirar al cielo.
Desde la Delegación, un fuerte abrazo
Eduardo M. Clemens
Delegado Diocesano
Director Diocesano de las OMP.