El presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, el arzobispo Rino Fisichella, defendió ayer que «la fe debe contar con la fuerza de la razón para logra ser atractiva», ya que «en los últimos decenios, dar razón de fe no parece haber convencido a muchos creyentes y por eso ha disminuido la convicción». «La solución —dijo— no está en la extravagancia de inventar novedades para satisfacer al hombre contemporáneo, sino en un nuevo impulso misionero», con testimonio creíble y razonable.
Rino Fisichella, encargado de organizar el Año de la Fe al que ha convocado el papa Benedicto XVI para el periodo comprendido entre el 11 de octubre, coincidiendo con el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y el 24 de noviembre de 2013, lanzó este mensaje en la conferencia «El reto de la Nueva Evangelización» en el salón de actos del centro de Estudios Teológicos de Sevilla, en la que abogó por que este mandato debe ser «nuevo», atendiendo al contexto de crisis ética y social que se traduce en crisis de fe. Alertó monseñor Fisichella de que esta nueva evangelización pueda quedar reducida a una «fórmula abstracta», por lo que habría que clarificarla desde el contenido, que está en Jesucristo, «el mismo ayer, hoy y siempre», y desde el método, que es el de la fe, traducida en vida sacramental, liturgia y vida de caridad.
Fisichella expuso tres términos básicos en la evangelización, válidos tanto para sacerdotes como para laicos: la dulzura y el respeto, la comprensión del interlocutor y la propuesta de Jesucristo en la búsqueda de la vida, de la muerte y de las cuestiones que marcan la existencia. Se trata —explicó— de hacer «una nueva antropología a la luz de la cristología».
ABC 02-03-12