• DOMUND 2023


    Corazones ardientes, pies en camino
  • MEMORIA DE ACTIVIDADES


    Mira todo lo que hicimos en 2022
  • MEDITACIÓN DIARIA


    ¡Reza con nosotros por las misiones!
  • SUPERGESTO


    La revista para jóvenes, ahora en formato 100% digital

lunes, 19 de noviembre de 2012

Testimonio de nuestra misionera Hna. Marina


Hoy lunes una vez que en Sevilla hemos disfrutado de este gran muestra de ‘LA FE ES VIDA’. UNA PUERTA ABIERTA A LA ESPERANZA EN TIEMPOS DE CRISIS, os dejamos con el testimonio que nuestra misionera Hna. Marina expuso en dicha muestra.


TESTIMONIO

Creo porque Dios se me ha manifestado como “AMOR”.

Creo porque no le he podido resistir nunca, siempre me ha podido.

Creo porque desde mi infancia-juventud me llamó. Mi vocación a consagrarme a El apareció muy pronto, a los 15 años quise marchar, no me dejaron. En 1960 a los 20 años, empezó mi andadura en la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana.

Su Carisma me fascinó. A los tres votos comunes añadían un cuarto “HOSPITALIDAD”, acoger y amar a los demás como si fueran MIS SEÑORES. En la vida de comunidad y entrega a los enfermos, encontré el campo abonado para llevarlo a la práctica.

Mi vocación misionera Ad gentes empezó en 1974 en una excursión al castillo de San Francisco Javier, a los pies del Cristo de la sonrisa, experiencia inolvidable, no me pude negar y marché a Ghana, 12 años en este país, en circunstancias especiales, reciente independencia de Inglaterra, el encuentro con sus gentes y su dolor me marcó, me enriqueció, me dio la oportunidad de seguir viviendo mi carisma.

Otra misión me esperaba, precisamente donde entregó su vida San Francisco Javier…”Providencia”? Asia. Sur de China. Una llamada angustiada de un gigante de la caridad P. Luis Ruiz, director de Caritas nos invitaba a compartir con él la misión en Macau. Llegaban a miles los refugiados de China, los ancianos y mentales los tenia recogidos en cuatro centros, unas mil personas, en condiciones pésimas. Tarea nada fácil. P. Luis incansable nos invitaba a visitar las leproserías del sur en Cantón. Todo un reto, nuestras entradas más o menos clandestinas, llegábamos a la isla de Taikaam al amanecer, pasando este mar de la china en patera y casi de noche. Unos 200 enfermos de Hnasen nos esperaban con un júbilo indescriptible, lo que más les hacía felices era nuestra cercanía, nadie se atrevía a tocarlos por miedo al contagio, para mi que mis reglas me dicen "asistir a los enfermos de enfermedad contagiosa", era un gozo poder mezclarme con ellos.

Después de 10 años de estas idas y venidas nos piden quedarnos entre ellos para cuidarlos, allí llegamos en Junio de 1999. ¿quién podría medir nuestra alegría?, la comunidad, 5 Hnas fuimos a la Isla de Sanchuan, donde murió San Francisco Javier, mirando a la gran China, para darle gracias, pedirle su bendición y poner esta misión bajo su protección.

Hoy son más de 40 leprosarios los que se supervisan, desde Ngaisai, centro piloto, segundo del que nos hicimos cargo.

Hna. Marina Martínez Martínez