Es la
Jornada dedicada a la oración y la cooperación económica con los jóvenes que
son llamados a la vocación sacerdotal o religiosa en los Territorios de Misión.
Estas vocaciones que surgen en los Territorios de Misión son la
muestra de que el Evangelio ha arraigado plenamente en una cultura y tiene sus
frutos propios.
Muy a menudo las vocaciones que surgen en los Territorios de
Misión tienen serias dificultades para seguir adelante en su formación por
problemas económicos. Es frecuente que un joven africano no pueda costearse los
estudios del seminario; puede ocurrir que un convento en Asia a duras penas
pueda mantener a las novicias que entran. San Juan Pablo II, consciente de la
importancia de estas vocaciones, animaba a la Iglesia a ayudarles: “Pido al Señor
que nadie llamado al sacerdocio o a la vida religiosa en tierras de misión
quede excluido por falta de recursos materiales o económicos”. Es una nueva
oportunidad para vivir la caridad cristiana.
¿Cómo nació?
Estefanía y Juana Bigard, madre e hija, leyeron en 1889 una carta
del obispo francés de Nagasaki, en la que contaba que los cristianos japoneses,
por temor a la persecución, tenían miedo de acercarse a los misioneros
extranjeros, lo que no ocurriría si los sacerdotes fueran naturales de su mismo
país. Las dos laicas francesas comienzan una gran actividad para implicar a la
Iglesia en el sostenimiento de las vocaciones en los Territorios de Misión. El
Papa Pío XI asumió esta iniciativa privada como suya y de toda la Iglesia, y en
1922 le dio el carácter de “pontificia”.
¿Cuándo se celebra?
En España esta Jornada, promovida por la Obra de San Pedro
Apóstol, se celebra el 26 de abril y coincide con la 52 Jornada Mundial de
Oración por las Vocaciones.