Como nos dice el Papa Francisco, Jesús, el primer evangelizador, nos llama a anunciar el Evangelio del amor de Dios Padre con la fuerza del Espíritu Santo. La iglesia, añade, es misionera por naturaleza. Si no lo fuera, no sería la Iglesia de Cristo. Sería una asociación entre muchas otras.
Ayer se respiraba ese
ambiente misionero en todos los rincones de la capilla del Perdón, casa y sede
del Movimiento de cursillos de cristiandad de Sevilla, en una reunión perfectamente
organizada por Fernando Parra Martin.
La eucaristía fue
oficiada por D Diego Román, párroco de Dos Hermanas (Sevilla), que lleva la
misión en la sangre y que ha estado más de seis años de misionero en Perú, en
la región del amazonas. Nos recordó que para ser misionero no necesitamos
atravesar océanos ni recorrer miles de kilómetros, que la misión la podemos
encontrar a la vuelta de la esquina, incluso en nuestra propia casa. Bonito
testimonio fue también el realizado por Jesús G Pineda, que estuvo un verano de
misionero en Perú realizando una gran labor, que nos habló de la importancia de
las misiones y de cómo te cambia la forma de ver las cosas cuando has estado de
misión.
Juan Antonio Martín -voluntario de Comunicación en las OMP y de la Delegación Diocesana de Misiones
Foto: Antonio Abad