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martes, 22 de octubre de 2019

TODO COMENZÓ EN EL SEMINARIO


Desde ayer, los misioneros y misioneras sevillanos/as tienen un nuevo intercesor en el cielo. A primera hora de la tarde del pasado 21 de Octubre del MES MISIONERO ESTRAORDINARIO expiraba nuestro querido misionero ad-vitam Don José Leal, sacerdote diocesano: santo, afable y siempre con buen humor, muy vinculado a la parroquia de Santa María la Blanca. 
Demos gracias a Dios por su larga vida y ministerio entregado al continente Africano y encomendamos su alma al Señor a quien consagró su vida. Esta entrevista-dialogo que concede a nuestro colaborador Juan Antonio es más expresiva que toda necrológica que podamos narrar en estos momentos de añoranza esperanzada. Descanse en Paz.


TODO COMENZÓ EN EL SEMINARIO


Aunque mucho me había hablado Eduardo de D José Leal, cuando me encontré con él cara a cara me di cuenta que se quedó corto.
Todavía resonaban los ecos del Ángelus cuando al fondo aparecía D José Leal, puntual a la cita, para  conversar  sobre su vida, entregada por completo a la misión. 

Fue a la edad de 20 años al entrar en el seminario cuando decidió dar el salto a las misiones “influyó la reflexión y el deseo grande de querer trabajar por los más necesitados”. El destino le cogió por sorpresa, que le mandaran a África, le gustaba, aunque hubiera preferido otro lugar como Japón,  al final se alegra de haber ido allí. Permaneció  36 años en África, 19 en Rodesia del sur, actual Zimbabue y 17 en Rodesia del norte, actual Zambia. Allí realizaba múltiples tareas como ir con frecuencia en las escuelas o visitar las distintas comunidades siendo lo más importante el contacto con las personas y la cercanía con las gentes del pueblo.

Aunque la lengua no fue un impedimento lo complico todo, ya que por ejemplo en Zambia hay 72 tribus y cada una con sus lenguas, aunque lo fundamental  es “integrarse con la gente y con el sitio”. Él lo comenta con la misma frescura como si estuviera comenzando su ministerio. No está nada quemado aunque si desgastado por el Evangelio. Felicidades Don José, le digo.

PARA IR A TIERRRA DE MISIONES “HAY QUE LLEVAR UNA VIDA SANTA PORQUE SE VA A EVANGELIAR, lo demás siendo también importante queda en segundo lugar. A veces se va a sitios tan precarios que se tienen que hacer cosas que realmente jamás había pensado en realizar como hacer escuelas o construir caminos.”. LO FUNDAMENTAL, TANTO ENTONCES COMO AHORA ES “LLEVAR A JESUCRISTO, ES EL TESORO QUE TÚ TIENES, ES EL MOTOR TUYO Y ES LO QUE TE HACE LANZARTE HASTA TIERRAS EXTRAÑAS”.

Optimista y positivo son dos cualidades que tienen que tener los misioneros “vives de la Fe, Jesucristo es el centro de tu vida por lo que lógicamente tienes que ser optimista y positivo. La Fe te hace quedarte en tierra de misión y dar ejemplo de tu vida gracias a ese motor fuerte interior que es Jesucristo, que te mueve, te impulsa y te llama a ser fiel con Él”.
Vamos concluyendo la animosa conversación y al preguntarle por unos de los momentos más complicados que le tocó vivir no lo duda, fue la muerte del sacerdote Paco Macías. Este joven misionero llevaba solo 8 días en tierras africana y en el norte de Zambia , camino a la escuela donde asistía para aprender la lengua de la región tuvo un mortal accidente , su coche choco con otro que venía de frente y falleció en el acto. 

Pepe no iba en el coche aunque si un compañero suyo que resulto herido, Él se encargó de repatriar el cadáver desde Zambia hasta Carmona, de donde procedía Paco y nos comentó “Tenía miedo de venir con él, traer un cadáver desde Zambia a España no es fácil, hay muchas dificultades aunque recibí mucha ayuda. Lo embalsamaron allí y nos dirigimos a la embajada de España para poder salir. Pasamos por los aeropuertos de Grecia y de Roma, siempre pendiente y asegurándome de que el ataúd seguía con nosotros y no acabara en otra parte. Una vez en Sevilla nos dirigimos a Carmona donde nos esperaba todo el mundo”.


Emocionado por estas palabras sobre la muerte del misionero nos quedamos los dos en silencio, el quedo muy agradecido y yo con emoción guardé en mi corazón su testimonio con ganas de gritar a los cuatro vientos.
Aunque en su rostro se puede apreciar el paso de los años, el amor y la bondad no son aliados del tiempo y en sus ojos se puede ver aun ese ardor misionero que sigue latiendo con la misma intensidad que le impulso a Evangelizar por tierras africanas. Gracias D José Leal por esa vida dedicada a la misión y por todo por lo que aún le queda por hacer, ya no desde áfrica, sino desde aquí……… porque Don José es un misionero emérito pero no en paro.

Juan Antonio Martin.